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La palabra “crítico” tiene varios significados en la vida cotidiana. Por ejemplo, una situación crítica podría ser de peligro, o una persona en estado crítico podría ser alguien gravemente herido. En física, esta palabra tiene un significado muy preciso y se refiere a un sistema que está operando al borde de una transición entre el orden y el desorden.

Un sistema operando en punto crítico no está ni ordenado ni desordenado, sino ambos a la vez. ¿Cómo puede ocurrir esto? Consideremos, como ejemplo ilustrativo, un fenómeno que todos hemos visto: el agua que fluye por un río. Si el agua se mueve lentamente observaremos un flujo ordenado y monótono. No pasa nada interesante, el agua simplemente corre tranquilamente por el cauce del río. Si arrojásemos un corcho veríamos que el agua lo arrastra con velocidad constante y en línea recta. Por el contrario, si el agua se mueve muy rápido observaríamos un flujo turbulento y caótico, sobre todo si hay alguna roca en medio del río. Entonces el agua se rompe en la roca y hace remolinos por todos lados. El corcho que arrojamos no dejaría de moverse caóticamente para un lado y para otro. Incluso podría hundirse y emerger a la superficie en un lugar completamente diferente.

Pero existe un punto intermedio en el cual el flujo no es completamente ordenado ni completamente turbulento. Hay una velocidad intermedia a la cual el flujo ordenado del agua comienza a romperse en pequeños remolinos. Este es el punto crítico. Cuando el agua fluye justo a la velocidad crítica, el corcho que arrojamos viajaría algunas partes en línea recta, después entraría en un remolino y se movería caóticamente, luego saldría de allí y seguiría moviéndose en línea recta, y así sucesivamente.

Investigaciones realizadas en los últimos 40 años muestran que muchos sistemas en la naturaleza están operando en punto crítico, por ejemplo, nuestros genes que determinan qué moléculas se sintetizan ante cambios en nuestros hábitos o en el medio ambiente, nuestros cerebros en los que miles de millones de neuronas responden simultáneamente ante estímulos externos (visuales, auditivos, dactilares, etc.), ecosistemas donde hay competencia entre depredadores y presas, los mercados financieros que suben y bajan precios dependiendo de los cambios en la oferta y la demanda, las placas tectónicas de la Tierra que de repente se mueven y generan terremotos, y por supuesto, las sociedades, particularmente en lo referente a la incidencia criminal.

La importancia de los puntos críticos para entender el comportamiento de sistemas físicos, biológicos y sociales fue revelada por estudios llevados a cabo en las décadas de 1970 y 1980 por científicos del más alto nivel, entre los cuales destacan Benjamin Widom, Michael E. Fisher, Stuart Kauffman, Leo P. Kadanoff y Kenneth Wilson, quienes recibieron todo tipo de premios y reconocimientos por sus trabajos para entender a los sistemas en punto crítico (Wilson ganó el Premio Nobel y Kadanoff la medalla Boltzmann y el Premio Nacional de Ciencias de Estados Unidos).

Sin lugar a duda, la característica más importante de los sistemas operando en punto crítico es que todas sus partes están correlacionadas. Por eso, miles de millones de neuronas en diferentes regiones del cerebro pueden prenderse y apagarse simultáneamente dependiendo de los estímulos externos que recibimos, o un ecosistema puede extinguirse completamente si explotamos irracionalmente a una sola especie de planta o animal.

Como ejemplo de lo anterior están las investigaciones del Dr. Alfonso Valiente Banuet, del Instituto de Ecología de la UNAM, quien ha demostrado que la explotación irracional de agave para la producción de mezcal ha generado la muerte de todas las plantas en regiones enteras de los Valles Centrales de México, dejando a esas regiones como desiertos de pura tierra. La gran moraleja de los estudios realizados en sistemas operando en punto crítico es que todas sus partes están altamente correlacionadas, por lo tanto, lo que hagamos a una parte del sistema puede tener repercusiones en el sistema completo.

Nuestra sociedad es un sistema complejo y tenemos evidencia empírica, matemática y computacional de que estamos operando en punto crítico, particularmente en lo que se refiere a la criminalidad. Esto quiere decir que las acciones que se ejecuten en contra de un grupo criminal van a tener repercusión en toda la sociedad, incluyendo civiles y otros grupos criminales. Lo acabamos de ven en Ecuador con la ola de violencia que se generó hace unos pocos días por la fuga de dos importantes delincuentes (relacionados con cárteles de México).

Esta alta correlación que ocurre en punto crítico también la vivimos en México cada día. Las autoridades llevan muchos años atrapando a los grandes capos de la droga y el crimen organizado, y no se ha podido reducir la violencia, la inseguridad, las extorsiones, los secuestros y el tráfico de drogas.

De acuerdo con el “National Drug Threat Assessment” publicado por el gobierno de Estados Unidos en el año 2023, los cárteles mexicanos siguen siendo la principal amenaza para el consumo de drogas en ese país, y los muertos por sobredosis siguen aumentando, lo cual refleja que, a pesar de las múltiples detenciones que se han llevado a cabo de grandes capos, la droga sigue llegando masivamente al norte de nuestra frontera. La violencia que vivimos día con día en México es un reflejo de la alta correlación que hay dentro del crimen organizado.

Los políticos que toman decisiones y son responsables de la seguridad tanto de nuestro país como de nuestros vecinos cercanos, deberían estar obligados a informarse y asesorarse sobre sistemas complejos y puntos críticos. De lo contrario, seguiremos condenados a vivir bajo el yugo de los criminales (incluyendo algunos políticos).

*Instituto de Ciencias Físicas, UNAM. Centro de Ciencias de la Complejidad, UNAM.