Y si la farsa fuera verdad… Tendríamos un Congreso con mayoría indígena

¿Sabían ustedes qué dirigentes importantes de casi todos los partidos políticos (PP) van a contender como candidatos indígenas o afromexicanos a diputaciones de representación proporcional? De los 12 PP que están contendiendo en el proceso electoral en curso, ocho inician su lista de candidaturas a diputaciones de RP con una persona que se autoadscribe indígena o afrodescendiente. Tres PP colocan en el segundo lugar de la lista este tipo de candidaturas, sólo el PSEM no registra candidaturas de RP con estas calidades (ver tablas).

De las ocho comunidades cuyas autoridades expidieron las constancias de autoadscripción indígena calificada, de acuerdo con datos del Censo 2020 del INEGI, tres comunidades tienen menos de 500 habitantes, dos tienen menos de 2500 y sólo una, el municipio indígena de Xoxocotla tiene poco más de 27,000 habitantes. De las dos comunidades que pertenecen a Cuernavaca el INEGI no proporciona datos específicos de éstas. Casi todas ellas tienen un alto o muy alto grado de marginación.

De la información presentada hasta aquí es posible deducir lo siguiente:

1. Los PP presentan en el 1º lugar de su lista de diputaciones de RP candidatos predominantemente hombres, dedicados a la política, mujeres y hombres, que han sido dirigentes estatales de su partido, han ocupado diputaciones locales, presidencias municipales o al menos una candidatura a algún cargo de elección popular. Hecho que no es en sí criticable sino lo extraño es que se autoadscriban como indígenas o afromexicanos.
2. Si contrastamos el perfil de las y los candidatos con las características de las comunidades indígenas a las que ellos y ellas dicen pertenecer emerge una sinrazón[1], primero porque es una insensatez, un absurdo, un disparate pretender que la ciudadanía va a dar por cierto que de la noche a la mañana políticos que jamás han referido su origen indígena y su pertenencia a comunidades de alta marginación resultan ser indígenas comprometidos con sus comunidades; segundo es un atropello, una injusticia y una arbitrariedad que con esta triquiñuela arrebaten a la población indígena su derecho a ser votada y a tener una representación efectiva en el Congreso del estado. Las candidaturas indígenas deben ser ocupadas por personas indígenas.
3. Para lograr el objetivo de que las autoridades electorales consideren indígenas o afromexicanos a las y los políticos citados en la tabla anterior, es indispensable la mentira, no solo la mentira a sí mismos, que es en sí muy grave, sino la mentira a las autoridades administrativas y jurisdiccionales, que se han coludido aprobando los registros de todos ellos, han abrazado y justificado la mentira, la han hecho parte del sistema y la han devuelto a las comunidades indígenas y a la sociedad en general, como una verdad jurídica.
4. El artículo 2º. de nuestra Carta Magna determina que “La conciencia de su identidad indígena deberá ser criterio fundamental para determinar a quiénes se aplican las disposiciones sobre pueblos indígenas.” Los partidos políticos y sus candidatos, en su afán de acceder y apropiarse de todos los cargos públicos manchan este criterio constitucional e imposibilitan que se ejerza a plenitud por las personas indígenas. Si la clase política tuviera ética y se condujera con responsabilidad social, la aplicación de este criterio bastaría para que la población indígena ocupara las candidaturas que les corresponden conforme a la ley.
5. Cuando la clase política pone por encima de la ley y de la justicia su deseo de poder, la realidad se torna compleja, en el caso que nos ocupa, los PP y sus candidatos mienten, pretender ser indígenas sin serlo, se ven obligados a recurrir a las comunidades indígenas para obtener de forma fraudulenta los documentos que les permiten legitimar su mentira, corrompen a las autoridades comunitarias, compran las constancias de autoadscripción calificada, confrontan a las autoridades con sus comunidades dividiendo a los pueblos.
6. La autoridad electoral, el IMPEPAC, en lugar de garantizar los derechos humanos de la población indígena, violentando los artículos 1º y 2º Constitucionales, acredita las constancias fraudulentas presentadas por los PP y aprueba los registros de candidaturas indígenas sabiendo que las personas que las van a ocupar no son indígenas. Una situación similar sucede para las candidaturas de personas afrodescendientes. Los tribunales electorales han tenido una posición ambivalente, algunas resoluciones han sido benéficas para los pueblos indígenas, otras no lo han sido tanto, esperemos que en esta ocasión defiendan los derechos de la población indígena.

Lo único esperanzador de la situación aquí narrada es que las comunidades y pueblos indígenas están más informados y atentos a defender sus derechos político-electorales. Los medios de impugnación se están presentando ante los tribunales, no sólo en Morelos sino también en el país. Esperemos que las autoridades electorales estén a la altura de las circunstancias.

*Académica y Expresidenta del Impepac (2014-2020)

[1] Sinónimos de sinrazón: atropello, injusticia, absurdo, contrasentido, disparate, abuso, arbitrariedad, insensatez