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Si en estos días abres la llave y no sale agua, debes saber que tu problema es uno compartido con millones de personas en México y el mundo que padecen ya la baja disponibilidad del líquido. Comunidades enteras sufren las consecuencias domésticas, sanitarias, económicas y hasta políticas de la escasez de agua y el problema sólo parece agudizarse.

En el artículo uno bis de la Constitución Política de Morelos se lee: “En el Estado de Morelos se reconoce el derecho humano de toda persona al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre y asequible. El Estado garantizará este derecho y la Ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo su participación y la de los Municipios, así como la de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”. No es un privilegio morelense, todas las constituciones locales y la general de los Estados Unidos Mexicanos, establecen el derecho humano al agua.

Pero, aunque el derecho está ahí, el líquido es lo que falta

De acuerdo con el monitoreo que hace el Servicio Copérnico de Cambio Climático, el 2023 fue el año más caliente registrado en el mundo, la temperatura registró casi 1.5 grados centígrados de incremento respecto a la era preindustrial. También fue el más seco, la falta de lluvias afectó a los cultivos, en Morelos las organizaciones campesinas reportaron pérdidas de hasta 70%, y disminuyó el nivel de las fuentes de abastecimiento a menos de la mitad de lo esperado. Las advertencias de los ayuntamientos, responsables en el estado de la mayoría de los sistemas administradores de agua potable, sobre la falta del líquido en este año comenzaron en diciembre, y se han vuelto cada vez más frecuentes y urgentes.

No es un problema nuevo, desde los setenta las campañas nacionales de cuidado del agua fueron exitosas en el conocimiento, pero no tanto en el cambio de conducta. Slogans como “gota a gota el agua se agota” y “Amanda, ciérrale”, siguen en la memoria de quienes estuvieron expuestos a la publicidad oficial en televisión y radio durante las décadas de los setenta y los ochenta. Entre el desperdicio por múltiples causas (desde falta de cuidado del líquido en los domicilios hasta problemas de infraestructura hidráulica, canales de riego contaminados, explotación irracional de manantiales y otras fuentes de abastecimiento) la depredación del bosque de agua y el calentamiento global que origina periodos más prolongados de sequía, todo se ha agravado.

En septiembre de 2010, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Comisión Nacional del Agua, publicaron el Programa Hídrico Visión 2030 del Estado de Morelos. El diagnóstico de los que entonces llamaron “obstáculos al desarrollo hídrico” son parecidos a los actuales. Divididos en Importantes y Urgentes, Urgentes y solamente importantes, se propusieron diez condiciones. En el rango de importante y urgente estaban la disponibilidad limitada y escasez del agua; contaminación de aguas subterráneas y superficiales; marginación; y la degradación y agotamiento de los recursos naturales; como sólo urgentes, la limitada participación social; baja productividad del agua y rentabilidad de la actividad agrícola; deficiencias en la prestación de servicios; e inundaciones provocadas por el desbordamiento de ríos; y como sólo importantes, el elevado consumo y desperdicio de agua y las deficiencias en la gobernabilidad del agua.

Los indicadores solo han empeorado, de acuerdo con los expertos dentro y fuera del gobierno.

Los acuíferos morelenses en peligro

El acuífero Cuernavaca era considerado uno de los más sanos del país; la investigación de Hugo Arteaga Plascencia, Elena Otazo Sánchez, Claudia Romo Gómez, y otros tres científicos de la Universidad de Hidalgo publicada en el 2022, evidencia “la existencia de zonas de extracción subterránea de agua que ya presentan abatimientos mayores a 20 metros”.

Y concluyen: “aunque actualmente, según datos de los estudios realizados por CONAGUA y contratistas, la recarga es mayor que la extracción, lo que permite que a nivel regional no se manifiesten grandes alteraciones ni en los niveles generales ni en las direcciones de flujo principales, sí se observan tendencias de cambio que pueden derivar en el desequilibrio del sistema en donde la extracción ya o sea exclusiva del flujo local y se propicie la dispersión de la contaminación arrastrada por la recarga natural”.

Las lagunas de Coatetelco y El Rodeo muestran niveles cercanos a su mínimo histórico, lo que no solo afecta la producción de mojarra, sustento de las comunidades pesqueras en la región, sino a todo el ciclo hídrico en la región sur de Morelos.

En enero, la Comisión Estatal del Agua reconocía que el nivel de las presas en Morelos alcanzaba apenas el 52 por ciento de la capacidad de los 19 sistemas. Otro dato grave reportado por la dependencia es que hasta la mitad del recurso se pierde en los canales de riego por filtraciones, contaminación o evaporación. Ya en este mes, se reportaba que las presas tienen apenas el 41% de su capacidad, la de El Rodeo, tiene sólo un 26% de su nivel.

 

Los conflictos por el agua

Para la Organización Nacional de las Naciones Unidas, el mundo enfrenta el riesgo inminente de una crisis mundial de agua. En todo el mundo, señala la Unesco en un comunicado por el Día Internacional del Agua: “Entre 2.000 y 3.000 millones de personas sufren escasez de agua durante al menos un mes al año, lo que supone graves riesgos para sus medios de subsistencia, en particular la seguridad alimentaria y el acceso a la electricidad. Se prevé que la población urbana mundial que sufre escasez de agua se duplique, pasando de 930 millones en 2016 a 1.700-2.400 millones de personas en 2050. La creciente incidencia de sequías extremas y prolongadas también está estresando los ecosistemas, con consecuencias nefastas para las especies vegetales y animales”.

La situación, prevén los expertos de Naciones Unidas, puede generar conflictos sociales graves. En Morelos, la lucha por al gua potable ha enfrentado a comunidades con sus gobiernos, como en Cuautla con los conflictos por la termoeléctrica y otros por supuesta concesión de agua a una empresa refresquera; o en Cuernavaca, donde desde hace más de cinco años los bloqueos y marchas por la falta de agua en colonias son muy frecuentes; pero también entre gobiernos, como el caso de Hueyapan y Tetela del Volcán cuyo conflicto se origina justamente en la administración del agua de la región.

Para evitar una crisis mayor, los gobiernos y las instituciones educativas plantearon en este Día Mundial del Agua la urgencia del cuidado del recurso mediante diversas estrategias.