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En México, los migrantes se encuentran en situación de abandono, evidencia de ello es que desde Guatemala hasta la frontera con Estados Unidos de Norteamérica “solo existen 200 albergues para atender a miles de migrantes”, advirtió Ramón Castro Castro, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Esta declaración tuvo lugar durante la homilía dominical oficiada por Castro, quien también es Obispo en la Diócesis de Cuernavaca.

En su reflexión dominical, se enfatizó la sanación por parte de Cristo y la experiencia de la debilidad de Dios hacia los más débiles. “La debilidad de Dios son los débiles. Es ahí, en su debilidad, donde encuentran la verdad del gran amor de Dios”, expresó Castro.

El Obispo de la Diócesis de Cuernavaca resaltó la conexión entre la sanación de Cristo y la experiencia de la debilidad divina en los más vulnerables, subrayando que, a pesar de la fragilidad humana, la verdad del gran amor de Dios se manifiesta en medio de esa debilidad.

El discurso adquirió un tono de urgencia al mencionar el compromiso de Cristo con los enfermos a lo largo de la historia, destacando las obras de misericordia como los hospitales católicos, orfanatos, asilos para ancianos, hogares de paso y casas para migrantes.

De manera sorprendente, señaló que en el trayecto desde Guatemala hasta la frontera, “de Guatemala a la frontera (con EE. UU.) solo existen 200 albergues para atender a miles de migrantes”.

Este hecho, a menudo ignorado, resalta la preocupación de la Iglesia por las necesidades de los miles de desplazados y refugiados que buscan una vida mejor.

“Allí se siente la caricia de Dios y la preocupación divina”, concluyó Castro, destacando la importancia de atender la crisis humanitaria que enfrentan los migrantes en su travesía por México.