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*Fiscalías concluyen diferentes causas de muerte

Científicos forenses adscritos a la Fiscalía General de la República dieron a conocer que existe una discrepancia fundamental entre las Fiscalías de la Ciudad de México, misma que concluye la causa del feminicidio de Ariadna “N” a causa de diversos traumas; y la Fiscalía de Morelos, que concluye la causa de la muerte como broncoaspiración.

El pasado 9 de noviembre, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México solicitó a la Fiscalía del Estado de Morelos la carpeta de investigación correspondiente al caso en donde fue encontrado el cuerpo de Ariadna “N”.

Ambas instituciones se sometieron al análisis pericial de la Fiscalía General de la República, fundamentalmente sobre la causa del fallecimiento de la víctima, enviando a esta institución, la información que les fue solicitada a ambas Fiscalías locales.

Por lo anterior, el área pericial de la Fiscalía General de la República, después de haber analizado cronológicamente todas las pruebas, concluye que las heridas craneoencefálicas producidas en la víctima por descargas de un objeto contundente sobre su cabeza o por contacto de la superficie craneal contra un plano duro, son la causa del fallecimiento de la víctima.

En cuanto al trauma múltiple ya referido por la FGR, el estudio anatomopatológico del cadáver ratifica la causa de muerte, como traumatismo craneoencefálico, así como también lo corrobora el análisis pericial de la cronología de los hechos y las pruebas que confirman el momento de dicho fallecimiento. Este peritaje se apega al procedimiento pericial debido, por lo que se considera que el procedimiento penal por el posible delito de femicidio debe continuar a cargo de las autoridades locales de la Ciudad de México, por ser un delito del fuero común cometido en la jurisdicción de la propia Ciudad de México.

A su vez, el peritaje de la Fiscalía de Morelos establece como causa de muerte la broncoaspiración secundaria a intoxicación etílica, misma que no es posible de sustentar, en razón de las lesiones externas e internas ya señaladas, y del hecho de que no se tomó en cuenta, en toda su magnitud, la cronología de los hechos al momento del fallecimiento.

Las pruebas periciales que se aportaron fueron impresiones fotográficas; protocolos de necropsia; estudios psicopatológicos; fuentes de información directas; videos de vigilancia aportados tanto por autoridades, como por particulares; certificaciones médicas; protocolos de actuación y las opiniones técnicas correspondientes, que han permitido llegar a estas conclusiones.

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