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+ El crimen fue el primero de tres asesinatos con móvil político en el 2022, ninguno de ellos ha sido totalmente esclarecido

+ La fiscalía aprehendió a “chivos expiatorios”, asegura Salvador López Palacios al reiterar su demanda de castigo a todos los culpables

+ La familia del alcalde vive con temor, “no sabemos quién sigue”, aseguran después de los atentados

 

Al cumplirse dos años del asesinato de Benjamín López Palacios, presidente Municipal Constitucional del ayuntamiento de Xoxocotla, su hermano, Salvador, demandó una “verdadera justicia” que venga acompañada de la detención de los autores intelectuales y materiales y no solo de quienes llamó “chivos expiatorios”.

“No se han tenido avances, se dan algunos resultados parciales, pero nada que pueda definir exactamente qué pasó. De igual manera el tiempo ha transcurrido, las heridas van sanando, el recuerdo queda, pero no hay conformidad con lo que están reportando, falta mucho por hacer. Pienso que las autoridades no están haciendo del todo su trabajo”, añadió en entrevista exclusiva con La Jornada Morelos.

El 11 de enero de 2022, Benjamín, fue asesinado a balazos por personas que irrumpieron en su propio domicilio, a plena luz del día y en una de las calles más transitadas del centro de Xoxocotla, el crimen fue el primero de tres asesinatos políticos ocurridos en Morelos el mismo año, le siguió el del secretario municipal, Jorge Luis García Quiroz, en junio; y en octubre el de la diputada local, Gabriela Marín Sánchez.

Benjamín, fue el primer presidente municipal del ayuntamiento indígena de Xoxocotla, solo estuvo en el cargo 11 días, suplió a su hermano Juan, quien ganó el proceso interno, pero falleció víctima de un infarto antes de tomar protesta.

Para Salvador López, el asesinato de su hermano “tiene un fondo político”, y hasta ahora no se ha detenido a el o los autores intelectuales. “Lo que demandamos es que se haga una justicia total sobre estas personas que planearon este asesinato y no nos conformamos con que presenten ‘chivos expiatorios’ o culpables fabricados. Exigimos un trabajo que nos garantice que la justicia se aplicó y que el o los responsables caigan también en la cárcel”, expuso.

Al cuestionarle porqué consideran que los detenidos (dos adolescentes y dos adultos) son “chivos expiatorios”, el hermano del edil finado, aseveró: “es un fondo político con intereses económicos. Forzosamente tuvo que haber personajes que estaban interesados en que (retirar a) esta persona que había sido electa como presidente de una comunidad indígena en donde sabemos que gracias al apoyo del actual presidente (Abraham Salazar Ángel) se dan apoyos mucho mayores a las comunidades indígenas, que implica mucho dinero en juego. A fuerza tuvo que haber personas que tienen intereses mucho más fuertes y que persiguen no solamente el interés no solo del poder, sino económico”. Y abundó que hasta ahora no se ha ahondado en “el móvil del asesinato, son personas que solamente fueron movidas, contratadas o expuestas para distraer la atención y dar oportunidad a que pase el tiempo, o que las personas que realmente participaron en esto salgan bien libradas”.

—¿Ustedes como familiares han acudido a la fiscalía a pedir cuentas de qué avances hay?

—El acercamiento con la fiscalía ha sido esporádico, y en la familia hay temor a represalias, después del asesinato del ingeniero Benjamín, hubo otro atentado también dentro de la casa, eso creó temor dentro de la familia. Se ha buscado permanecer el mayor tiempo posible dentro de la casa y salir y exponerse lo menos posible.

El temor parece fundado, el 3 de julio del año pasado, el secretario municipal del ayuntamiento xoxocotleco, Jorge Luís García Quiroz, sobrino del edil asesinado, denunció públicamente que balearon su vivienda, pero no solo eso, responsabilizó de lo que le pudiera pasar a él y a su familia al destituido director de seguridad de Xoxocotla, Ángel Uriel Villarreal Hernández y a la asesora de seguridad Mayra Flores Ruiz.

En el contexto, Salvador López, refiere que más allá de balear “la casa de mi hijo, el atentado se dio directamente la casa que habitaba el ingeniero Benjamín y Juan… no se sabe a ciencia cierta quién o quiénes fueron…, pero a raíz de eso el temor creció y lo que se busca es dar seguridad a la familia. Fuera de ahí solo han sido rumores, no hay nada concreto, pero ese atentado marcó definitivamente la manera de vivir de nuestra familia. Vivimos con temor, tenemos desconfianza de todos y tratamos de habituarnos a esta forma de vida, siempre con el temor a cuestas”.

Dijo que por ahora mantienen la serenidad, ya que con la cabeza “caliente” se cometen muchos errores, “con el tiempo vemos las cosas con más tranquilidad, hemos analizado y platicado todo lo que ha pasado. Los sentimientos son encontrados, hay diferencias dentro de la misma familia de tiempo atrás, hemos tenido el ejemplo del licenciado Juan, luchador social que siempre se inclinó hacia el bienestar del pueblo, no fue de un año, ni de cinco años la lucha que él tuvo. Fueron más de 30 años que él estuvo luchando a favor del pueblo. Buscaba siempre que el beneficio se diera a quien lo necesitara, a los más pobres, consiguió con su lucha que se pudiera lograr la municipalización de Xoxocotla. Porque para nadie es desconocido que cuando dependíamos de Puente de Ixtla, los apoyos a Xoxocotla no llegaban, siempre fue un pueblo marginado y sobajado por ser de origen indígena”.

Y recuerda que “mi hermano Juan luchó por eso, dio su vida por sus ideales, a su muerte, mi hermano Benjamín, quien nunca había participado en política, retomó los ideales y les dio forma para poder cambiar el destino de Xoxocotla, aprovechando que ya se había logrado la municipalización y lo que se buscaba era crear un consejo que pudiera estar al servicio del pueblo y no como siempre había pasado, que solamente se servían del pueblo. Tomaban la parte más sustanciosa para beneficios personales y al final si sobraba algo se hacía alguna obra. Mi hermano Benjamín, siempre manifestó que su sueño era emular a la ciudad de Saltillo. Siempre dijo, que Xoxocotla tenía mucho por corregir y que él iba a pelear hasta lo último para que Xoxocotla pudiera ser un pueblo con más progreso, beneficios para la gente, que hubiera más oportunidades para todos, sobre todo de educación, porque sabemos que un pueblo ignorante es un pueblo que va a ser marginado”.

Juan López, reconoce, justo al salir del panteón donde fue sepultado su hermano, que la familia aún teme por su seguridad, “primero fue Juan, luego fue Benja, no sabemos quién sigue”.

El año pasado, el ayuntamiento rindió homenaje a Benjamín, sin embargo, en el segundo aniversario del criimen no hubo el reconocimiento. Únicamente familiares y algunos amigos visitaron la tumba del alcalde acribillado en el cementerio nuevo de Xoxocotla.

Salvador López, finalmente, pidió a la gente recordar lo que ha pasado en Xoxocotla para que en cualquier lugar sea el pueblo el que tome la decisión sobre el rumbo de su comunidad. “Debe ser más participativa, entender que la autoridad no es el jefe, el que manda es el pueblo. Siempre va a ser así, pero tenemos que entenderlo. Si logramos que esa idea germine en la cabeza de todos, créame que vamos a vivir mejor porque vamos a ser inquisitivos, partícipes del rumbo que tome nuestra comunidad, activos, con acciones que puedan beneficiar a nuestra comunidad. Gracias por expresar mi sentimiento, el sentimiento de la familia y del pueblo. Este segundo aniversario del fallecimiento de mi hermano nos duele, pero sabemos que sus ideas van a continuar… siempre los vamos a recordar por sus hechos, sus ideas y por su manera de ser con el pueblo”.