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En el Proyecto Arqueológico Holmul (selva del Petén guatemalteco) dirigido por el italo-americano-guatemalteco Francisco Estrada-Belli, la jojutlense Berenice García Vázquez coordina las excavaciones y se encarga del trabajo de laboratorio.

Trabajar en la selva implica vivir en un campamento incomunicado y correr riesgos, por ejemplo, ser mordido por la mortífera serpiente “barba amarilla”, o sufrir piquetes de insectos las más de las veces invisibles. El peligro más temido es un derrumbe del túnel y morir aplastado o quedar atrapado. Una ocasión, en temporada de lluvias, bajó más de cinco kilos de peso porque el mal estado del camino les impidió abastecerse de víveres y tuvieron que racionar alimentos y soportar hambres o aguantarse las ganas de salir al baño por escuchar cerca los rugidos de un temible jaguar.

Con todo y los riesgos que corre, a Berenice le entusiasma su trabajo porque tiene un jefe que durante años ha lidiado contra los saqueadores y les ha ganado batallas, porque siempre encuentra cómo evitar que la burocracia y el incipiente financiamiento frenen sus proyectos; es muy humano, ayuda a muchas personas y jamás lo menciona, es el estratega que les indica dónde excavar y es de los pocos directores de proyecto que comparten el reconocimiento con sus coordinadores, aquellos que trabajan profundos y oscuros los túneles.

El pasado 26 de enero National Geographic difundió la noticia de un gran hallazgo: una tumba en donde estaban ofrendadas vasijas, conchas provenientes del océano pacifico, artefactos de obsidiana, restos óseos y una máscara de jade que bien puede ser la representación del “dios tormenta”.

Berenice, en el laboratorio, descubrió escritura en los huesos y el epigrafistaHola y después el epigrafista ruso A. Tokovinine la descrifró que se trata del gobernante Itzam Kokaj Balam, personaje que gobernó durante el Clásico maya, hace más de 1500 años.

Foto: Hueso con epigrafia maya. Centro: Máscara de Jade del gobernante.