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La historia de Well

 

En estos tiempos cargados de nostalgia y ansiosos por rememorar los «buenos» y filantrópicos tiempos de internet, vale la pena recordar en este espacio la historia de un sitio que puede ser considerado el pionero y la más fiel expresión de una comunidad virtual. Fue en 1985 cuando fue lanzada Whole Earth Lectronic Link, mejor conocida como The Well (https://www.well.com), una de las primeras comunidades virtuales que surgió de un sector de usuarios ajenos a Arpa y a la academia estadounidense, que fue fundada con base en la idea de que las tecnologías de información y comunicación eran ideales para la vida en común.

Well fue fundada en Sausalito, California, por Larry Brilliant y Stewart Brand, que decidieron de esa manera poner al alcance de las personas la tecnología de comunicación de punta pero partiendo de una filosofía que se fundaba en el desprendimiento de las actitudes voraces que fomentaba el capitalismo y recuperar el espíritu de la contracultura.

Los pioneros de Well eran más cercanos a las comunidades hippies y amantes del new age, pero paulatinamente fueron a desembocar en la misma un variopinto espectro de usuarios, todos convergiendo en la utópica idea de implantar en lo digital los sueños contraculturales y que ya para ese entonces estaban menguados y magullados por la imparable cultura del consumo.

Pero esa comunidad era un reflejo social de los fundadores de Well: el prototipo de usuario provenía de la clase media estadunidense familiarizada con las nuevas tecnologías, aunque paulatinamente se incorporaron personas de otras naciones y que no eran tan diestros en el manejo de las que en ese entonces eran tecnologías de punta.

Alguien que impulsó el uso de este espacio y que sedujo a muchos a pertenecer al mismo, fue Stewart Brand, quien era un viejo lobo de mar en eso de fomentar el uso de las nuevas tecnologías. Fue pionero en difundir la idea del Do it Your Self o «Hazlo tu mismo», que tuvo un efecto perturbador en el nacimiento de las computadoras de escritorio y de hecho es el causante del nacimiento de los equipos de cómputo de escritorio. Al fundar Well, Brand retomó una frase pronunciada tiempo atrás, que definió en buena medida la filosofía de esa comunidad en línea: «La información quiere ser libre».

Well estableció un esquema de publicación de mensajes en donde los aportes debían ser firmados, de ninguna manera podían ser censurados por los administradores, se trataba de que cada persona fuera responsable de lo que decía, se trataba de que no pudieran ser usados por un tercero. Una idea de empoderamiento que suena insensata, y absurda, en estos tiempos donde la vigilancia en línea está a la orden del día y donde el troleo distorsiona al por mayor los contenidos publicados y en donde se hacen necesarias la implementación de mayores controles en la circulación de los contenidos.

Well comenzó sus operaciones como un boletín electrónico, Bulletin Board System (BBS). Fue el lugar preferido de reunión de los fans de la otrora banda Grateful Dead; allí nació la Electronic Frontier Foundation, cuando John Perry Barlow, John Gilmore y Mitch Kapor, sus fundadores, se conocieron en línea y empezaron a platicar y a reflexionar sobre la necesidad de crear una organización que luchara por las libertades en el ciberespacio, lo que se hizo realidad en 1990, cuando se dio vida a la misma.

En 1993, el periodista Howard Rheingold publicó un libro, La comunidad virtual, en donde narra su experiencia como cofundador de Well y activo participante de la misma. Él señala que Well era la expresión de una nueva forma de hacer vida social, que denominó comunidad virtual. En los ocho años previos a la salida del libro, un sector importante de la bahía de San Francisco había visto sacudida su existencia por Well. En ese entorno dominado únicamente por el texto, Rheingold sostuvo miles de conversaciones con amigos y colegas, allí conoció a mucha gente, hizo nuevas amistades y con el tiempo estableció con algunas relaciones íntimas y duraderas. Para él, esa comunidad virtual fue un extraordinario laboratorio psicosocial en donde se fusionaron los capitales cognitivo y social para generar una comunión y una transformación colectiva.

Incluso uno de los primeros miembros de Well, Mitchell Kapor, escribió un artículo en donde refería, inspirándose en Well, que: «La vida en el ciberespacio […] es más igualitaria que elitista y más descentralizada que jerárquica. Beneficia a los individuos y a las comunidades, no a las audiencias masivas». La frase de Kapor resume en buena medida la tendencia de ver al ciberespacio como una ventana hacia la libertad y una vía alternativa de comunicación que se fomentó en esos años en Well.

Well así como otros BBS de los años ochenta del siglo pasado evidenciaron que las comunidades no nacen por el solo hecho de crear una plataforma o aplicación, sino de la identidad, los valores y experiencias compartidas, con la interacción continua que se da entre las personas. Todos los ex-hippies y habitantes de la bahía de San Francisco que se reunían en Well compartían y tenían muchas cosas en común. Como auténtica zona generadora de comunidades, Well enseña que las mismas no nacen con la creación de figuras «burocráticas» como el community manager.

@tulios41