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Por Gabriela Mendizábal Bermúdez y Fermín Esquivel Díaz

Hace 60 años en Europa se comenzaron a reconocer los efectos familiares, económicos, sociales y políticos de un fenómeno que carecía en aquellos años de nombre: la dependencia funcional. 

Imaginemos por un momento a un niño con espina bífida, a un joven cuadripléjico a causa de un accidente automovilístico, a una persona trabajadora que enferma de cáncer/ cirrosis, y a un adulto mayor con demencia o Alzheimer, en todos los casos se necesita del auxilio, asistencia y protección de otra persona. 

Es decir, personas que por alguna causa ligada al envejecimiento, algún accidente o como consecuencia de alguna enfermedad o de nacimiento, necesitan de alguien más que se haga cargo y les brinde atención para satisfacer sus necesidades más básicas como: llevarlos al sanitario, comer, caminar o instrumentales mediante el auxilio parainteractuar con el entorno. 

Fue así que el Consejo de Europa definió que la dependencia funcional es un estado en el que se encuentran las personas que por razones ligadas a la falta o la pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes. Bajo la idea de la funcionalidad del individuo la Organización Mundial de la Salud señaló que: la esencia misma de la dependencia radica en no poder vivir de forma autónoma y necesitar de forma duradera de la ayuda de otros para las actividades de la vida cotidiana.

Esto nos lleva a dos temas importantes en Morelos, el primero es que la persona que otorga los cuidados,generalmente es mujer dados nuestros estereotipos de género, que relacionan el cuidado familiar y el trabajo doméstico a las mujeres, lo que les impide desarrollarse profesionalmente, las ata socialmente al cuidado y loconvierte en un elemento más del llamado techo de cristal o loza de hormigón.

Y el segundo, es que todos y todas somos susceptibles de caer en dependencia funcional, desde el niño, el joven, el adulto y principalmente el adulto mayor, ya sea por algún accidente, enfermedad, condición propia del nacimiento o a causa del deterioro propiciado por el envejecimiento. 

Si tomamos en cuenta los datos nacionales que arrojó el Censo de Población en México del INEGI en el año 2020,las personas que viven con alguna discapacidad, limitación o condición mental fueron 20,838,108 personas, ¡si, más de 20 millones! mismas que representan el 16.5% de la poblacióntotal de México. De estas,13,934,448 (11.1%) son personas con alguna limitación, 6,179,890 (4.9%) son personas condiscapacidad y 1,590,583 (1.3%) tiene algún problema o condición mental.

De la población total que presenta las condiciones anteriores: 48 % enfrenta problemas con la movilidad entre ellas, subir, bajar o caminar, 44 % ver, 22 % oír, 19 % vestirse, bañarse o comer, 19 % recordar o concentrarse y el 15 % restante, problemas para comunicarse o hablar, de estos datos, existen personas que padecen 2 o más condiciones. Cabe destacar que, en el rubro de discapacidadpor género, el 47 % corresponde a hombres, mientras que el restante 53 % son mujeres.

Si bien estas cifras son a nivel nacional, el mismo INEGI tiene indicadores locales, en el caso de Morelos, el mismo censo de población y vivienda, señala que nuestra localidad enfrenta una tendencia mayor, ya que la cantidad de personas afectadas por dichos padecimientos es cerca del 20 % de nuestra población, es decir; estamos cerca de 3 puntos porcentuales por encima de media nacional. 

Es términos cuantitativos en Morelos dicho porcentaje, se traduce en una población con discapacidad de 109,255personas, mientras que la población con limitación asciende a 256,802 y finalmente la población con algún problema o condición mental es de 24,482, en la suma tenemos 376,173personas, que se encuentran vinculadas a la dependencia funcional en mayor o menor medida. 

La dependencia funcional es un problema en aumento en México y en Morelos, pese a ello, sigue tratándose como un problema de transferencia de dinero, pensiones no contributivas, limitadas a la discapacidad o envejecimiento;sin embargo, dicha medida no soluciona el problema de la dependencia funcional, ya que por un lado corre el riesgo de desvirtuar su origen y caer en un otorgamiento de transferencias económicas clientelares, que solo legitimizangobiernos, de otro lado estas medidas solo son un paliativo,pues los montos que otorgan no son suficientes, ni van destinados a contratar cuidadores. Es necesario reconocer que las personas en situación de dependencia tienen derechos a la vida, a la salud, a la educación y también “derecho al cuidado”, como parte de las prestaciones de seguridad social que incluyen tanto los seguros sociales, como la asistencia social.

El primer paso es lograr que se reconozca el problema y se atiendan sus consecuencias, porque en caso contrario, cada día veremos a más personas cuidando a otras en sus hogares, adultos mayores encerrados en sus casas cuidando a adultos más mayores, mujeres renunciando a sus fuentes de empleo y familias consumidas por gastos catastróficos en salud, el panorama es desolador, pero a ese reto acudiremos como sociedad; académicos, ciudadanos y el gobierno debería estar presente también.

Este es un problema de acceso al derecho humano a la seguridad social y muchos países así lo han entendido (Austria, Alemania, Suiza, España, por mencionar algunos), es reconocible porque desarrollaron diversas medidas, en las que sobresalen las ramas de aseguramiento por dependencia funcional y los programas sociales de cuidados.

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