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La creación del estado de Morelos o la ignorancia como parte de la identidad nacional

 

La identidad es una búsqueda constante del individuo o de la colectividad para tener certezas: de sus orígenes, de su pasado, del lugar donde nació o vive, de su familia o su comunidad, de su época o de su destino. Y es la trascendencia la aspiración que alimenta dicha búsqueda. En México, construir una identidad nacional ha sido un objetivo que se ha pretendido, aun cuando es demostrable que existen tantas identidades cuantas regiones hay en su territorio.

La ignorancia es el basamento de los mitos que constituyen aquella concepción abstracta que ha sido llamada historia nacional. La peregrinación de la siete tribus nahoas o la fundación de Tenochtitlán que, como leyendas, son narradas por sus apologistas como si hubiesen sido testigos de ello. O la conquista de los diferentes reinos y señoríos por los europeos no hubiese sido posible si los conquistados no hubiesen estado en espera del arribo de Quetzalcóatl.

Tras tres siglos del período novohispano, la consumación de la independencia se concretó con un desfile, y aquella patria libre que pretendía José María Teclo Morelos y Pavón nació como Imperio Mexicano por capricho de Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu. México no surgió como nación independiente gobernada por tres poderes como planteaba Morelos, sino como reino con gobierno monárquico constitucional, planteado por Iturbide.

La ignorancia es tal que hay no pocos presuntos conocedores sobre la historia de México que adjudican a Benito Pablo Juárez García la promulgación de la Constitución Política de la República Mexicana ‒1857‒ y no a José Ignacio Gregorio Comonfort de los Ríos. Y es esta mitología juarista instaurada, paradójicamente, por José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, la que explicaría la ignorancia y las mentiras sobre el origen del estado de Morelos.

La entidad morelense no surgió como una sentida demanda de los habitantes del Tercer Distrito Militar del Estado de México, sino como resultado de los intereses y las ambiciones de quienes, desde sus espacios de poder, así lo determinaron. Juárez necesitaba disminuir el poder político del Estado de México y por ello creó dos nuevas entidades al iniciar 1869: Hidalgo y Morelos, en un lapso de tres meses. E impuso gobernadores incondicionales.

Juárez requería, también, territorios bajo su control para poder huir de la Ciudad de México en caso necesario; y Morelos era un paso seguro para dirigirse a Acapulco. Igualmente, necesitaba de más congresos locales adictos a él para garantizar sus reelecciones. La Cámara de Diputados aprobó la creación de la entidad el 16 de abril, el presidente firmó el decreto el 17 de abril y fue publicado el 20 de abril de 1869. La conmemoración de la ignorancia.

Imagen: Diario Oficial del Gobierno Supremo de la República (fragmento);

20 de abril de 1869. Hemeroteca del Archivo General de la Nación.