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ESCASEARÁ EL AGUA EN EL PLANETA PARA EL 2025.

 

Algunos pronósticos sobre la disponibilidad de agua para el 2025 estiman que dos terceras partes de la población mundial vivirán con problemas por el agua. Los pronósticos más conservadores vaticinan que el próximo año cuatro mil millones de habitantes del planeta tendrán problemas por falta de agua, es decir, la mitad de los habitantes del planeta tendrán este problema.

Desde fines del siglo XX se evidenció una profunda crisis por el recurso agua para uso doméstico y agrícola que compite con las necesidades hídricas de la industria. En la medida que la escasez de agua se agudiza, se incrementan también los conflictos relacionados con el acceso y la gestión del agua, tanto a nivel local como internacional.

La causa del desabasto local y mundial de este vital líquido es multifactorial. Uno de los factores que ha desencadenado este problema es el cambio climático toda vez que ha alterado los patrones de precipitación en el orbe; por otro lado, el crecimiento logarítmico de la población implica una mayor demanda de este recurso tanto para uso doméstico como el agrícola o el industrial.

El manejo inapropiado y deficiente de este recurso es otro factor que se suma al desabasto de este elemento. Asimismo, la contaminación del agua debido a las actividades agrícolas y en especial las industriales, reduce el agua disponible, al tiempo que daña los ecosistemas naturales.

La deforestación es otro factor que suma al problema. Este fenómeno rompe el ciclo natural del agua, pues la vegetación juega un papel decisivo en la regulación del llamado ciclo del agua. Esto es así porque la deforestación limita la retención de la humedad del subsuelo que recarga los mantos acuíferos.

El desordenado y acelerado crecimiento de la urbanización también se constituyen como factores que catalizan el problema de la escasez del agua. Un ejemplo de esto lo pudimos conocer un poco hace dos años con la crisis por el agua que se vivió en Monterrey.

La gente del pueblo que lo vivió narra que tenían que recorrer distancias considerables para poder acarrear un poco de agua de depósitos que hay en la ciudad para este propósito. Cuentan que incluso había desabasto del agua embotellada que subió de precio bajo la lógica de las leyes del mercado.

Este fenómeno cada vez será más frecuente y agudo en muchas ciudades sobre todo las más pobladas como la ciudad de México en donde en estos días se reporta escasez en muchas colonias de esta urbe, aunque aún no ha iniciado el estiaje.

Los problemas por falta de agua afectan al medio ambiente, a la economía y a la sociedad en general. Enunciamos a continuación algunos de éstos:

La falta de agua agudiza los problemas de salud pública pues cuando falta el agua potable se incrementan enfermedades relacionadas con el agua como la diarrea o infecciones como el cólera y otras más.

Por otro lado, la falta de este elemento ocasiona un incremento en los precios y el desabasto de los alimentos, pues la agricultura reduce su productividad, incluso se corre el riesgo de que la población sufra hambre y desnutrición como ya ocurre en algunas partes del planeta.

El medio ambiente también paga su cuota pues al escasear el agua disminuye la biodiversidad de los ecosistemas naturales. La escasez del agua se puede derivar en conflictos tanto a nivel local como internacional, cosa que ya está ocurriendo en muchas comunidades del orbe y en particular de nuestro país.

El aspecto económico no se salva del conflicto pues la falta de agua afecta severamente la agricultura, la industria y el turismo. La lista de los problemas que ocasiona la falta de agua es larga, quien me lee, sin duda sumará muchas consecuencias más de la crisis del agua que ya está presente.

En un artículo anterior en esta columna hice referencia a que las tendencias actuales advierten que las guerras en el futuro se originarán por dos causas, la comida y el agua. No dejemos que el futuro nos alcance, aun es tiempo de parar y revertir esta tendencia.

La solución a la crisis mundial del agua requiere un enfoque integral que vaya a sus causas y promueva practicas sustentables, políticas efectivas y una gestión inteligente, consensuada y práctica del recurso agua a nivel local, nacional e internacional, pero también a nivel individual.

En la cultura donde me crie, aprendí que ante un problema hay muchas soluciones. En una siguiente entrega haré una reflexión sobre las acciones colectivas e individuales que como sociedad estamos obligados a asumir para que el destino no nos alcance.