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Por seguir la norma y evitar que los medicamentos controlados y de especialidad fueran administrados discrecionalmente por Antonia Hernández Alvarado, directora del Hospital Rafael Barba Ocampo del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la jefa de farmacia, Olivia Viveros Ocampo, fue cesada de sus funciones, en un proceso que la trabajadora y sus compañeros de empleo aseguran es violatorio de los derechos laborales y que forma parte de una serie de escenas de hostigamiento y acoso laboral.

El pasado viernes 19, la trabajadora del hospital ubicado en Cuautla fue llamada a la oficina de la directora, donde se le notificó de su inmediato cese y se le exigió entregar la farmacia “ya tengo quien se quede en lugar tuyo”, la trabajadora se negó entonces a firmar la renuncia y decidió iniciar su procedimiento de defensa frente a lo que Hernández Alvarado instruyó que se cambiaran chapas de la farmacia e impidió el proceso correcto de entrega-recepción por medio de inventario, también instruyó al personal de seguridad para que escoltaran a Viveros Ocampo a la salida.

El mismo día, Viveros Ocampo giró un oficio a Alma Soraya Santoyo Serna, titular del órgano interno de control del ISSSTE en que denunció el cese que calificó de infundado. En el documento, asegura que desde su llegada a la dirección del hospital, Hernández Alvarado empezó a acosar a la trabajadora “queriendo disponer de los medicamentos censados y de alta especialidad, desconociendo completamente la normatividad aplicable a una farmacia así como la normatividad del ISSSTE”.

La trabajadora señala que desde su ingreso al área de farmacia hace catorce años, no se habían presentado problemas con ninguno de los directores pues “respetaban la normatividad y no se la brincaban, como esta directora… La directora… me ha hecho entregar los medicamentos sin cumplir con dicha normatividad… (y) amedrentándome con la renuncia debido a que no he querido acceder al surtimiento indebido de medicamento”.

Unos días más tarde, más de cincuenta trabajadores del hospital solicitaron la intervención del director general del ISSSTE, Pedro Zenteno Santaella, para darle apoyo a la licenciada en farmacia a din de que no le sea quitada su plaza, y denuncian que Antonia Hernández Alvarado y Raúl Skipper Nieto Infanzón, subdelegado médico, “se han encargado de hostigarla y acosarla laboralmente”. Advierten que Viveros Ocampo “en ningún momento ha incurrido en faltas que ameriten un cese definitivo… por el contrario… además de ser hija de trabajadora de base, hermana de dos trabajadoras de base y una tía de case, siempre ha mantenido el apoyo de los trabajadores cuando se requiere, cumpliendo con sus funciones normativamente”.