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Clara Viviana Meza y La Jornada Morelos

Trabajadores del hospital Rafael Barba Ocampo, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Cuautla, se manifestaron a las puertas de la clínica para demandar la remoción de su directora, Antonia Hernández Alvarado, a quien acusan de mantener en el abandono los servicios hospitalarios en perjuicio de los miles de derechohabientes y por malos tratos a los empleados del hospital.

Hernández Alvarado asumió la dirección del hospital del ISSSTE en Cuautla, el segundo más grande de la institución en el estado, en enero del 2023; pero apenas seis meses después de haber rendido protesta en el cargo, las deficiencias en equipo para la atención de los pacientes se profundizaron. Hoy el hospital no tiene servicio de rayos equis, el de ambulancias es profundamente limitado, faltan medicamentos, y hay acusaciones sobre corrupción y despotismo del cuerpo directivo que, alegan los trabajadores, han costado la vida a varios pacientes.

Una veintena de trabajadores protestaron este lunes a las puertas del hospital con pancartas en que solicitan la destitución inmediata de la directora y advierten que tal demanda no está sujeta a negociación. Habilitado como vocero de los trabajadores, dado que su sindicato tampoco ha sido eficaz en la defensa de sus derechos, Ulises Salgado advirtió que las manifestaciones continuarán hasta lograr la remoción de la directora y subrayó que las movilizaciones no afectan a los pacientes del hospital, quienes pueden entrar y salir del mismo y recibir la atención que buscan, pese a los defectos que ella pudiera tener dada la carencia de recursos permitida por Antonia Hernández.

En enero pasado, la directora del hospital removió a la jefa de la farmacia, Olivia Viveros, quien la había denunciado por sustraer medicamentos controlados sin seguir el procedimiento establecido por los reglamentos”. Desde entonces, la falta de medicamentos en el hospital ha arreciado, denuncian los pacientes.

Las quejas de los trabajadores se acumulan, desde el acoso laboral, las fallas en servicios, persecución contra el personal médico, no hay ultrasonidos, ni rayos equis, ni medicamentos, “¿Y quién paga? Los derechohabientes”, acusó Ulises Salgado, quien se mostró extrañado porque los trabajadores de la educación, principales derechohabientes del ISSSTE, no se han manifestado con mayor fuerza. “Me parece raro porque los maestros antes eran bien luchones, ahorita no dicen nada, pagan de su bolsa” para paliar la falta de servicios.

Añadió que las malas decisiones de la directora afecta a los trabajadores, ya que a “algunos compañeros” les ha quitado los estímulos “simplemente porque es déspota y altanera”.

“Nos dice, por ejemplo, nos vemos y platicamos, pero nunca está. Hasta los lunes de plano viene, pero dice que tiene reuniones, pero hay fotos donde se va a las comidas o anda en su campaña de del sindicato, lo que no es correcto porque se desatiende lo verdaderamente importante”, puntualizó.