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Feminismo y tecnología

 

El feminismo ha tenido un severo efecto en la sociedad y la política, sus luchas dejaron el campo de lo coyuntural para inscribirse en un movimiento continuo. Su punto de partida fue Estados Unidos, pero las luchas del feminismo dividido en olas, ha alcanzado a diversos países del orbe e impulsadas por el uso de tecnologías de comunicación.

El feminismo denominado 1.0, o primer feminismo, se remonta a fines del siglo XVIII y principios del siglo XX. Su lucha se centró en el sufragio femenino, en la igualdad legal y económica con los hombres. Sus logros fueron tener derecho al voto, acceso a la educación y al trabajo a tener mayor participación política. Fue todavía una lucha no universal, ya que se centró principalmente en las mujeres blancas de clase media y alta. Lejos quedaron temas como la «raza», la clase social o la sexualidad.

La prensa fue una herramienta importante en esta etapa de lucha feminista, ya que fue la vía para difundir sus ideas y organizar a otras mujeres. Las mujeres publicaron periódicos y revistas para discutir temas de interés dirigida a las mujeres en donde planteaban sus demandas (derecho al voto, educación y trabajo); asimismo usaron, como lo hizo también el segundo feminismo, la publicación de libros que fueron escritos por mujeres y que versaban sobre la igualdad de género, la justicia social y la política; también se usó la oratoria pública y las mujeres dieron discursos y conferencias para denunciar la violencia que sufrían, la discriminación en el lugar de trabajo y otras formas de desigualdad de género.

Entre 1960-1980 se presenta la denominada segunda ola del feminismo, la cual se caracteriza por luchas a favor de la liberación sexual, la igualdad en el ámbito privado y público, la lucha en favor de los derechos reproductivos, la anticoncepción legal, la legalización del aborto, mejores condiciones laborales e igualdad salarial y poner punto final a la discriminación en el trabajo. Sin embargo en su horizonte estaban fuera aspectos como la transexualidad o la denominada intersexualidad.

Poco tiempo después, en 1990, se presentó el denominado feminismo 3.0 o tercera ola que se extendió hasta fines de la primera década del siglo XXI. Una lucha que se centró en la deconstrucción de los roles de género, en la diversidad corporal e inclusión de todas las mujeres; su objetivo era darle una mayor visibilidad de las mujeres en diferentes ámbitos, en tener leyes contra la violencia de género y que el Estado garantizara una mayor aceptación de la diversidad sexual. Para el feminismo 3.0 el interés está en la interseccionalidad, en la forma en que diferentes formas de opresión se superponen y afectan a las mujeres de manera diferente. A diferencia del segundo feminismo, que no suele hablar de la identidad de género, el tercero lo considera un aspecto central de la lucha feminista. Es en este momento en donde, también, aparecen temas que serán polémicos, que incluso confrontan a las mismas feministas, como es el caso de que el género no está determinado por la biología, sino por aspectos culturales.

El feminismo 3.0 se asocia con redes sociales, plataformas de microblogging y diversas herramientas de activismo digital. Las mujeres pueden compartir sus historias, organizar protestas y movilizarse para la acción. Las plataformas como Facebook, Twitter y Tumblr son herramientas importantes para este feminismo que hace de tales espacios zonas privilegiadas de activismo digital, dimensión ideal para organizarse y movilizarse para la acción.

En 2010, y hasta la actualidad, se presenta lo que se denomina la cuarta ola del feminismo o feminismo 4.0. Este feminismo se puede decir que se caracteriza por tener un vínculo estrecho con las nuevas tecnologías. Está caracterizado como un ciberfeminismo, por un intenso activismo digital, por luchar a favor del empoderamiento femenino en la era digital. Es propio de este periodo de lucha que se presente una mayor presencia de las mujeres en las redes sociales, dar paso a movimientos globales de gran repercusión como el movimiento #MeToo, por centrarse en una lucha frontal contra el ciberacoso y la violencia digital. Este feminismo no se concibe sin el uso de la tecnología de punta para la lucha por la igualdad de género, uno de sus sellos definitorios es su carácter global que une o conecta a mujeres de todo el mundo y lucha por los derechos de las mujeres a escala internacional; hace una crítica fuerte al patriarcado y la cultura de la violación: cuestiona las estructuras de poder que privilegian a los hombres y normalizan la violencia contra las mujeres; se centra en la experiencia personal: valida las experiencias individuales de las mujeres y las utiliza como base para el activismo y la teoría feminista; tiene una actitud crítica hacia el género: cuestiona la idea de que el género es algo natural e inmutable y explora la existencia de diversas identidades de género: se destaca por señalar la coexistencia de diversas identidades de género: las más destacadas son: masculino, femenino, no binario, fluido y otras más.

Una de las características del feminismo 4.0 es que ha concitado interés en participar en ciertas propuestas o actividades en línea de mujeres que no se declaran feministas pero que reivindican como justas las causas en las que se involucran a apoyar. Y sus participación no termina siendo baladí en la medida en que, por ejemplo, a partir del movimiento #MeToo se dio paso a cambios en las políticas públicas, en nuevos enfoques y acciones en las empresas y en la cultura popular. No obstante se le reprocha a los movimientos feministas que se apoyan en las nuevas tecnologías o se definen como ciberfeministas que no son lo suficientemente inclusivo con las mujeres de color, las mujeres transgénero y las mujeres de clase baja; amén de que como muchas de las luchas digitales pueden fácilmente desembocar en «cacerías de brujas» y de no respetar la presunción de inocencia.

El feminismo 4.0 además de apoyarse en las herramientas digitales propias de la tercera ola del feminismo, también se acerca a la realidad virtual, la realidad aumentada y la inteligencia artificial. Nuria Varela, señala en su libro Feminismo 4.0, que esta etapa del feminismo es como un movimiento polifónico, conformado por diversidad de sectores con diferentes voces y perspectivas que coexisten y se enriquecen mutuamente. La característica de la situación actual del feminismo es la convergencia o coexistencia de múltiples feminismos que responden a las necesidades y realidades de diferentes mujeres. Para ella luchas anteriores, las emprendidas desde el primer feminismo siguen vigentes cuando se lucha por la desigualdad salarial, los derechos reproductivos, la representación política de las mujeres, etcétera.

En todo caso, como la autora refiere, uno de los retos que tiene por delante el feminismo es la reacción antifeminista que se presenta, como ha sido el caso en Estados Unidos en donde eso encumbró a Donal Trump en las elecciones de 2016 y que se puede repetir en noviembre de 2024, por lo que también está en su agenda dar paso a un feminismo más inclusivo.

@tulios41