loader image

 

¿Quién puede decir que se va, que termina, que acaba, que entrega, con la conciencia tranquila? ¿Quién puede arrojar la primera piedra, quién puede decir que ya descansa en paz? La idea del purgatorio es precisamente eso: recordarnos que nadie se va con saldo en negro. Una cosa es no deber nada a nadie y otra decidir que no importa, que sea como sea se hizo lo que se pudo, ya no hay que darle más vuelta y que esto -sea lo que sea- se acabó.

He escrito algunas reflexiones aquí, para compartirlas con ustedes, y no puedo menos que sentirme halagado por el espacio, por la complicidad de los editores, y quizá de algún lector. Se me acaba el año y me voy, no en paz, sino exhausto, molido, apaleado. Porque he salido todos los días a la arena y todos los días sin excepción me recibió una jauría de cosas de la vida que me devolvía cada noche derrotado a la cama o al sillón donde a veces podía descansar. Las reflexiones que he compartido en este espacio han sido una especie de cura, de bálsamo, de alivio para volver al ruedo, porque cuando escribo es como cuando le pone uno salivita al golpe.

Los ciclos son humanos y naturales. En el café tenemos ciclos, y hace poco tiempo caí en cuenta que llevo trece ciclos anuales desde que vivo en el café, y que los ciclos que vendrán serán como este y como los anteriores, pero de otra manera. De pronto me da vértigo, sentir que podría llegar a ciclarme, pero no hay de otra, no se trata del ciclo de la vida, sino que la vida es ciclo.

Esta Navidad estaré con mi familia, mi esposa y mis hijos, con mis padres, con uno de mis hermanos y su familia, extrañando al otro hermano y a quienes estarán en otro lugar. No se me da mucho pensar en el Año Nuevo. Pensaba anoche que mientras celebramos la Navidad también celebramos el inicio de la Cosecha 2024: el café ya comenzó a madurar y a pintarse de rojo encendido. ¿Sabrá el café que el rojo es también el color oficial de la Navidad?

Pienso que no vale la pena proyectar metas y sueños para el próximo año. Hay algo de contradicción en hacer un recuento a conciencia y ponerse a visualizar fantasías sueños y anhelos. O quizá dicho de otra manera: encuentro muy sano que sea poner los pies en la tierra quien oriente nuestros próximos pasos, y que más que poner alas al 2024 le pongamos pies firmes sobre el terreno.

Gracias por la compañía, por el viaje, por las curitas escritas aquí y compartidas con ustedes, les deseo lo mejor que puedo imaginar para ustedes: buen café en buena compañía.