Héctor Rosales
Autores fundamentales de la cultura popular: Carlos Monsiváis
Uno de los autores pioneros y más creativos la cultura popular fue el escritor Carlos Monsiváis. Cada uno de sus acercamientos aportó nuevas luces sobre un universo de personajes y símbolos que parece inagotable. Son ejemplares sus ensayos sobre Cantinflas o sobre la familia Burrón, la lucha libre, los cómics, el cine, los deportes, etc. Con la gran libertad que se daba a sí mismo como escritor y observador privilegiado de gran parte de la fenomenología cultural de México, Carlos Monsiváis no se detuvo a ofrecer marcos teóricos o definiciones científicas, casi siempre le basta con elaborar sus intuiciones basadas en una alta sensibilidad política y una gran capacidad descriptiva de situaciones. No obstante, es posible detectar una serie de premisas que fue formulando con el paso del tiempo y que pueden ser utilizadas con provecho como pistas de investigación.
Acercarse al entramado de lo urbano, con una visión histórica, recurso básico para evitar una concepción esencialista y dogmática sobre la cultura popular.
La cultura popular debe ser entendida en sus mezclas e hibridaciones. En este sentido el discurso más adecuado para decirlas es un discurso polifónico y múltiple que recurre al reportaje, la nota, el ensayo o la crónica.
Lo popular urbano debe contemplarse sin romanticismos, a partir del entramado que lo constituye: su fatalismo, su constitución por exclusión en condiciones de opresión, la conversión del sentido histórico en ubicación sentimental, la subordinación con respecto a la Iglesia y la autoridad, la copia directa o indirecta de las clases dominantes, así como los espacios de microlibertad: capacidad de resemantizar los mensajes de la industria cultural, la configuración de la cultura como sedimento de tradiciones y la negociación permanente con el deber ser que emana de las instituciones estatales, de la vida laboral y de la represión sexual.
En México, lo popular urbano es el resultado de una lenta gestación durante los tres siglos de dominio español y a partir de numerosas transformaciones en los casi dos siglos de Independencia. En ese proceso hay dos elementos decisivos: la ciudad y el desarrollo de la sociedad de masas.
La ciudad es una metáfora viva de los vínculos entre el Estado y el capital. En su territorio se puede percibir de qué manera el poder muta, concede, define y aprovecha lo popular. Es justamente en esta zona donde se produce la transformación de popular en cultura urbana, la cual surge como espacio generado por los modos operativos del capitalismo y las respuestas que se da a esta sujeción.
De esta manera Monsiváis pone en el centro de la escena a la ciudad capitalista como el dispositivo que diseña, moldea, reprime o posibilita opciones. Es el escenario donde las clases subalternas y los sujetos populares casi siempre llevan las de perder. Lo que prevalece es la cultura de la necesidad.
Ante una situación tan deprimida los sectores populares ven reducidos sus márgenes de respuesta. La mayoría vive en la sumisión, aunque también hay expresiones de parodia y resistencia.
En sus crónicas Monsiváis combina la mirada del sociólogo y del etnólogo, para estudiar el complejo entramado de la vida cotidiana de los sectores sociales populares que habitan la ciudad de México. Su universo de observación incluye: personajes-institución, prácticas sociales, rituales-espectáculos, formas de uso y consumo, etc. En cada caso le interesa reconstruir el uso o la recepción que los individuos del pueblo hacen de un determinado producto de la cultura masiva.
Su frase “los rituales del caos” describe de manera exacta la vida cotidiana de la ciudad de México, siempre al borde del desastre real y de muchos imaginarios.