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Carlos Quintero J. 

Desde hace más de 10 días, Joaquín Zúñiga es víctima de omisión y negligencia del sistema de salud de Morelos, que encabeza Marco Antonio Cantú Cuevas.

El jueves 27 de abril, la familia de Joaquín lo trasladó de emergencia al Hospital General de Cuernavaca “José G. Parres” por una trombosis en la pierna izquierda. Sin embargo, el personal informó a la familia que le correspondía la atención médica en el Hospital de Temixco “Enf. María de la Luz Delgado Morales”.

En Temixco, la familia recibió un pase para que Joaquín fuera atendido por un especialista y nuevamente fue enviado al Hospital General de Cuernavaca. Pero el hospital no contaba con un médico especialista, ya que ese fin de semana largo se registró un “puente” por los días festivos.

El personal médico del hospital fue déspota y grosero y le dijo a la familia que regresaran a Joaquín a su casa y lo mantuvieran con medicamentos para el dolor, denunció la familia.

No fue hasta el 2 de mayo que la hermana de Joaquín obtuvo un pase con un médico especialista en la Ciudad de México, ya que en Morelos no había. El especialista, un médico angiólogo, diagnosticó que era “urgente” que Joaquín fuera amputado de su pierna izquierda.

Una vez en Cuernavaca, el doctor del Hospital “José G. Parres” le dijo a la familia que él no iba a hacer el trabajo de los doctores de Temixco, por lo que lo regresó.

Desde el 3 de mayo, la familia denuncia que Joaquín no ha sido operado y se encuentra entre la vida y la muerte porque no hay espacio para realizar una cirugía de amputación.

La familia de Joaquín ha hecho todo lo posible para que Joaquín logre sobrevivir ante un sistema de salud que revela una grave crisis.

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