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Aunque empezaron en los hechos desde la tarde/noche del viernes, las vacaciones de primavera comienzan formalmente este lunes y con ellas vuelve la esperanza a miles de empresarios morelenses para tener una buena afluencia turística a pesar de los enormes obstáculos que significa para ello la mala gestión de la seguridad pública por parte de las autoridades responsables de ella.

La inseguridad es un factor que, sin embargo, no opaca los enormes atractivos que Morelos entero ofrece para unas vacaciones memorables. La riqueza de la oferta turística local pasa por la gastronomía, el clima, los balnearios, sus sitios históricos y arqueológicos, los servicios de relajación y entretenimiento, y en el caso de Cuernavaca, hasta la Feria de la Flor, una tradición citadina que, pese a los problemas que enfrentó en el pasado, hoy luce muy fortalecida.

Entre pueblos mágicos, edificios y templos coloniales, ex haciendas, museos, y albercas por todas partes, las vacaciones en Morelos sirven para olvidar casi todos los problemas, y son la apuesta del estado por una urgente recuperación económica que se ha detenido pese a la vocación hospitalaria de la mayoría de los municipios.

Los retos de seguridad e infraestructura siguen presentes, pero la oferta de Morelos a los visitantes es difícilmente rechazable en la primavera. Casi rincón dedicado al turismo en el estado reviste una especial belleza en esta época, como si se hubieran diseñado específicamente para recibir los rayos del sol y enmarcarse con la escena natural llena de árboles y flores.

El colorido de la escena primaveral de Morelos debe mejorar mucho con la dotación de espacios seguros, con carreteras mejor transitables, con campañas inteligentes, serias e integrales de atracción de visitantes. La idea de ver llenos totales en los sitios turísticos, como ocurría todavía hace una década, no tanto una expresión nostálgica como una racional apuesta por el crecimiento de la economía local. Un objetivo que puede generar más empleo y mejorar las oportunidades de inversión.

Romper los círculos viciosos en que la política ha insertado la dinámica estatal es prioritaria para crear ciclos de valor que permitan la recuperación del estado. Esta nueva dinámica deberá incluir, por cierto, la modernización y dinamización de las prácticas en el sector turístico; pero la primera tarea (seguridad, infraestructura y promoción de inversiones y atractivos) corresponde a los gobiernos. Esperemos que los que vienen estén a la altura de ella.