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En paralelo a un crecimiento alarmante de la violencia de género en el estado, la resiliencia, el carácter y la voluntad de las mujeres morelenses ha generado cambios jurídicos y sociales, y contribuido de forma determinante al desarrollo del estado. Así lo evidencian las historias personales y colectivas cuya lucha y trabajo es digno de reconocerse y admirarse.

Sin perder de vista la suma de violencias, algunas disfrazadas de inequidades, discriminación, usos y costumbres o reminiscencias culturales, que a fin de cuentas sirven para construir un sistema de agresión permanente para ellas, también debe reconocerse que gracias a la lucha de cada una de las mujeres de Morelos ha sido posible ir visibilizando los problemas y empezar la construcción, aún imperfecta, de un mejor estado.

El hartazgo que llevó a la marea morada en todo el país tiene un especial significado en un Morelos que, sin exageraciones ha sido identificado por las colectivas como un estado feminicida. Así lo evidencian todos los datos. Las movilizaciones simbólicas en Morelos los ocho de marzo son la representación colectiva de la lucha que cientos de miles de mujeres dan cada día durante toda su vida para que se reconozcan todos sus derechos, principalmente el de tener una vida libre de violencia.

Ese protagonismo de las morelenses en la vida pública ha logrado que el Congreso de Morelos aprobara en esta legislatura reformas jurídicas encaminadas a garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Si bien sigue pendiente la ley que garantizaría el aborto legal y seguro para quienes decidan libremente practicarlo, se han aprobado reformas para retirar la patria potestad a los feminicidas, las sanciones contra las autoridades que no cumplan sus obligaciones en Alerta de Violencia de Género, la constitucionalidad del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, la obligatoriedad en el pago de pensiones alimenticias, la definición y sanción de la violencia vicaria, entre otras que buscan eliminar toda forma de agresión contra las mujeres.

Pero aún antes de este andamiaje jurídico, que afina rápidamente en los últimos tres años, las mujeres morelenses han roto techos de cristal, al grado de que por primera vez en 70 años de historia, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos tiene una rectora, Viridiana Aydeé León Hernández, quien ganó un proceso de elección a otras dos mujeres con méritos también incuestionables para dirigir la institución.

Por primera vez también, este 2024 habrá una contienda por la gubernatura en la que sólo participarán mujeres, Margarita González Saravia, Lucy Meza Guzmán y Jessica Ortega de la Cruz. La elección será arbitrada por dos órganos autónomos presididos también por mujeres, el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac), con Mireya Gally Jordá como consejera presidenta, y el Tribunal Electoral del Estado de Morelos, que preside la magistrada, Ixel Mendoza Aragón.

Ellas son resultado de la lucha y el trabajo diario de miles de mujeres que cada día ayudan a convertir a Morelos en un mejor estado desde el ámbito de su ejercicio, y a quienes La Jornada Morelos quiere reconocer y visibilizar, por eso, desde mañana, en nuestras ediciones diarias de marzo, haremos un recuento de algunas de las mujeres que ya son imprescindibles en Morelos.