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Por enésima vez, el gobernador, Cuauhtémoc Blanco ha prometido que capturará a mandos criminales “que le hacen daño al estado”. Cuatro o cinco veces al año, desde que asumió la titularidad del Poder Ejecutivo, el mandatario anuncia que está muy cerca de capturar a las que él llama “personajes malos”. Lo cierto es que las capturas de mandos criminales en Morelos han estado siempre a cargo de fuerzas federales y que, a pesar de ellas, la violencia en el estado aumenta sin que las autoridades locales parezcan capaces de contenerlas.

El disparador de las declaraciones de Cuauhtémoc Blanco fue, en esta ocasión, el operativo que encabezó la Fiscalía General de la República en una cervecería de la avenida San Diego en Cuernavaca. En él, de acuerdo con el mandatario se buscaba detener a un mando criminal que presuntamente sería responsable de homicidios dolosos en la zona metropolitana de Morelos. A la sazón, el ayuntamiento de la capital ya había intentado clausurar el antro que tenía antecedentes de hechos de violencia, sin embargo, la autoridad municipal no logró su objetivo. El local es uno de los que evitan ser cerrados, ya sea mediante amparos concedidos por jueces federales, o por la vía de la amenaza directa a los verificadores antes o durante los operativos.

Como ese sitio hay decenas en todo Morelos. Aprovechan el debilitamiento sistemático y continuo de las autoridades municipales, y la incapacidad de las estatales para prevenir y sancionar los delitos para operar al margen de la ley y en ocasiones, según todo apunta ser escenario de operaciones delictivas.

Frente a la evidencia de una crisis de seguridad que cada vez parece más grave, las declaraciones del gobernador parecen insultar el miedo, el dolor y la razón de los morelenses, que han escuchado los reiterados anuncios de la detención, a cargo de fuerzas federales, de mandos delictivos que operan en Morelos sin que la violencia sea siquiera contenida.

La detención de un mando criminal parece significar muy poco frente a la cantidad de crímenes que se cometen diariamente en el estado. Sólo en los primeros 24 días del 2024, se habían cometido en Morelos 75 homicidios, y en el 2023, la entidad registró el mayor incremento (30%) de todo el país en este delito.

Frente a esa realidad, cualquier declaración del gobernador es muy poco tranquilizadora, así suba la apuesta a detener a una decena de mandos criminales. La estrategia de prevención es la que ha fallado desde el principio, pero el Ejecutivo no escucha: solo habla y promete frente a la indefensión ciudadana.