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Dicen que el número trece es de mala suerte porque Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús de Nazareth, era el treceavo apóstol. Por su parte, desde tiempos inmemoriales, el martes, que debe su nombre al dios de la guerra romano, siempre le ha parecido a la humanidad -por lo menos a la occidental- que es un día en el que puede haber hecho violentos y hasta sangrientos; que Constantinopla cayera en manos de los otomanos en un martes, tampoco ayudó a su fama, por eso en algunos países se dice que “en martes, ni te cases, ni te embarques, ni de tu casa te apartes”.

Hoy es martes 13 y cualquiera que sea supersticioso -y tenga las posibilidades- quizá prefiera guardarse en casa y no asomar ni la nariz más allá de la puerta de su casa. Pero si algo nos ha demostrado la realidad en Morelos es que aquí la violencia sí se asoma incluso los domingos y días de guardar. Nos hemos acostumbrado a vivir en puro martes 13.

La arrogancia y la soberbia son las cerezas del pastel de la ineficiencia y de la indolencia que las autoridades del estado han manejado no solo la seguridad pública, sino cualquier cargo que ostenten. Sin ir muy lejos, ahí está el caso de Eliacín Salgado de la Paz, alto funcionario educativo de la administración de Cuauhtémoc Blanco y quien busca una candidatura por Morena, que se niega a asumir la responsabilidad de las heridas que su perro ha ocasionado a las personas que tienen la mala suerte de tener al funcionario estatal como vecino.

Desde luego, la falta de seguridad es una preocupación con la que nos hemos acostumbrado en Morelos y nadie está a salvo, ni legisladores ni funcionarios públicos, mucho menos amas de casa, maestras o activistas. Vaya, ni siquiera funcionarios públicos cuando van a comer tacos.

Como se reporta más adelante, la percepción a nivel nacional es que la inseguridad ha empeorado y ya es el tema de mayor preocupación para la ciudadanía.

En México y en Morelos ya nadie quiere transitar de noche por las carreteras ni por las calles secundarias y no es por que le tengamos miedo a la oscuridad, sino a la falta de protección que brindan las instituciones de seguridad y la impunidad rampante con la que actúan los criminales.

Ayer lunes fue baleado el vehículo en el que habitualmente se traslada el periodista Andrés Salas, reportero de Cuautla, especializado en temas de seguridad pública y dueño del portal Noticias Cuautla, en el ataque, perpetrado por la tarde, aún con luz de sol, resultaron heridos el hermano del periodista y un chofer, pues el periodista -en efecto por pura buena suerte- no iba a bordo. Es el segundo atentado contra personajes públicos en lo que va del año en la Heroica.

Es por hechos como los anteriores que cualquiera entiende la falsedad de las supersticiones: lo que a todos trae mala suerte es que quienes deberían hacer cumplir la ley y procurar la seguridad de la población, ignoren la naturaleza de su trabajo y las responsabilidades que tienen para con la sociedad que paga sus salarios. El martes 13 no es más que una fecha en el calendario.