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Los vecinos de Tezontepec han vivido en la antesala del infierno desde antes de que se desatara el incendio en el vertedero clandestino en el que mutó la mina de tezontle que existía en el lugar.

Han tenido que vivir en medio de un ambiente hostil propiciado por desechos industriales y basura médica, además, la inestabilidad que dejó en el subsuelo la mina ha dañado casas y, para colmo, desde el año pasado sufren los efectos del incendio que liberó al aire de todo el valle de Cuernavaca -pero que a ellos les afecta de manera inmediata- tales cantidades de contaminantes que la salud de los vecinos de la zona lo resiente ya de manera tangible. Algunos de ellos tienen los pulmones tan sucios como los de un fumador empedernido a pesar de no haber tocado un cigarro en su vida.

Todo lo anterior es comprobable y con ello sustentaron una demanda colectiva en la que ya ganaron los primeros encuentros: un tribunal colegiado de apelaciones determinó que, en efecto, en Tezontepec persiste una contingencia ambiental que causa graves daños a la salud.

El Tribunal señaló como corresponsables de las emisiones a los propietarios del predio, y apuntó que, no por ser un predio privado, las autoridades se deben excusar de actuar para remediar el problema y ordenó a diversas autoridades a actuar para proteger la salud de los vecinos del basurero clandestino, como a la SEMARNAT en Morelos, la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Morelos y el Ayuntamiento de Jiutepec.

Cabe señalar que los vecinos organizados contaron con el apoyo de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Morelos (PROPAEM) y de su Dirección Jurídica, quienes los han asesorado y apoyado en la demanda colectiva, interpuesta bajo esa modalidad a sugerencia de la propia dependencia. Asimismo, cabe recordar que el propio Ayuntamiento de Jiutepec atendió desde un principio la situación intentando controlar el incendio y realizando gestiones para conseguir ampliaciones presupuestales y enfrentar el problema, aunque, como lo reconocieron las propias autoridades municipales en su momento, el problema rebasaba las capacidades del municipio.

Ayer, el edil suplente de Jiutepec, David Ortiz, informó que el Ayuntamiento ya había conseguido una nueva partida presupuestal del Fondo Verde para atender la contingencia, con lo que podría disponer de dos millones y medio de pesos para tratar de remediar la situación. Enhorabuena.

Sin embargo, como lo señaló el Tribunal, los propietarios del predio deberían asumir su responsabilidad pues, presumiblemente, con su consentimiento o por su descuido, la antigua mina de tezontle se convirtió en un basurero biológicamente tóxico sin reparar en la ecología de la zona o en el impacto en la salud de miles de personas, y dejaron a la deriva una estructura que ha obligado a varios vecinos a apuntalar sus casas.

Qué bueno que las autoridades municipales se hagan cargo de la situación, lo deseable ahora es que los titulares de la propiedad repararan los daños, pero no solo a los vecinos con sus casas y tratamientos médicos, sino también al impacto al erario que ha causado su irresponsabilidad.