loader image

 

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación presumió que el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco actuó de buena fe cuando, contra la norma constitucional decidió registrarse como candidato a una diputación federal por el principio de representación proporcional en su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional.

“Confianza legítima”, alegó el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón al suponer que, al decidir su registro sin separarse del cargo de gobernador, Cuauhtémoc Blanco ignoraba que estaba cometiendo una falta a la Constitución que, entre muchas otras garantías, protege la de la equidad en las contiendas electorales obligando a quienes tienen el mando de la policía a separarse del cargo noventa días antes de la elección para poder ser candidatos.

Esa “confianza legítima”, sin embargo, es cuestionable en tanto, desde que se anunció su candidatura, unos días antes de registrarse, se advirtió al gobernador en diversos espacios políticos y periodísticos que debía separarse del cargo para que su candidatura fuera válida; argumentos que el gobernador desechó con la misma displicencia que ha ejercido respecto a otros asuntos, políticos, legales y de seguridad pública. Cuauhtémoc Blanco sabía de la prohibición constitucional explícita en la Constitución. De hecho, su argumento para no dejar el cargo se fundó más en no permitir que la oposición, con mayoría en el Congreso, nombrara a su sustituto, que en argumentos de justicia.

En efecto, el proyecto de Cuauhtémoc Blanco era no permitir al Congreso la designación de quien terminaría el periodo del mandatario, y extender su salida del gobierno hasta que pudiera ser cubierta sólo por el secretario de Gobierno, Samuel Sotelo Salgado; lo que permitió a la oposición y a muchos analistas plantear que Blanco Bravo estaba más interesado en el fuero que en llegar al Congreso de la Unión. Ese proyecto se ha frustrado con la determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que, en su última instancia, sentenció que el gobernador debe separarse del cargo inmediatamente si quiere competir por la diputación local a la que fue postulado.

La notificación de la sentencia será inmediata y entonces, esta misma semana, Cuauhtémoc Blanco deberá decidir si se separa del cargo y pierde por lo menos durante poco más de cinco meses la protección jurídica que lo acompaña; o le dice que no a la candidatura y lo pierde por varios años a partir de octubre próximo, fecha en que concluye su administración en Morelos.

Para los morelenses, por cierto, lo menos importante en este asunto es si el gobernador tiene o no fuero; la urgencia es tener la certeza de que alguien está al mando de la administración pública del estado.