loader image

 

El gobernador, Cuauhtémoc Blanco, volvió a enrarecer el clima político de Morelos con su nominación como candidato a diputado federal de Representación Proporcional por la cuarta circunscripción y hasta ahora, salvo por las muy superficiales y poco esclarecedoras declaraciones del secretario de Gobierno, Samuel Sotelo Salgado, quien aún no ha definido con el gobernador el tema, el Ejecutivo no ha explicado el procedimiento por el que el titular del Ejecutivo de Morelos, pretende ser candidato y después diputado federal en tiempos que se empalman con su mandato constitucional en Morelos.

En principio toda la ciudadanía tiene derecho a aspirar a un cargo público para el que cumple los requisitos. Aparentemente, en el caso de Cuauhtémoc Blanco no habría mayor impedimento para integrarse al Congreso de la Unión. Antes de él, el gobernador Manuel Velasco y el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, abrieron camino para que los gobernadores se convirtieran en legisladores por la vía plurinominal; y hasta ahora, ningún proceso contra Cuauhtémoc Blanco ha avanzado tanto como para retirar sus derechos políticos.

Aún con ello, la Constitución de la República no es lo bastante clara en si los gobernadores también estarían obligados a pedir licencia al cargo noventa días antes de la elección. La lógica y la ética dirían que así es, pues entre las inequidades más grandes que pudieran existir en una contienda está la posibilidad de los gobernadores de echar mano de dinero público, influencias, poder, y hasta la fuerza policial para lograr sus propósitos.

Pero la Constitución federal tiene una laguna, y la local tampoco es bastante clara para establecer un sistema de prohibiciones en materia electoral a los mandatarios, y tampoco, lo que resulta más grave, para definir un esquema de reposición de las ausencias definitivas del Ejecutivo sin que ello signifique el riesgo de una crisis política.

Cuauhtémoc Blanco es el primer gobernador de Morelos que está en el caso de marras, pero no es el primero en el país. Una golondrina no hace verano, pero tres anticipan que vendrán muchas más y que la estación se adelanta. Si el Ejecutivo no tiene una ruta clara a seguir, probablemente deberían definirla los jueces y los legisladores. Y es urgente que lo hagan porque Morelos necesita estabilidad en el gobierno para iniciar el proceso de reconstrucción que hace mucho se le debe.

Se entiende que a Cuauhtémoc Blanco le gusta tener el balón en su cancha, pero esta pelota hace tiempo dejó de ser suya. Lo que urge son definiciones, no machincuepas.